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Monitoreo temporal satelital de los bosques de Córdoba

Crecimiento urbano

El crecimiento urbano es otro de los factores importantes de perdida de cobertura de bosque en la provincia de Córdoba. Al expandirse y ocupar territorios, las urbanizaciones inciden en la pérdida de los bosques, ya que ocurre un cambio de uso del suelo, en el cual rara vez se preserva la cobertura vegetal original. Según el tipo de urbanización se puede dar un proceso de deforestación tipo "hormiga", muchos lotes de pequeño tamaño, o de forma más extrema, por emprendimientos inmobiliarios o urbanizaciones de gran envergadura como barrios cerrados, emprendimientos comerciales o barrios estatales.

Si bien este factor tiene "pulsos" de mayor expansión, asociados a la situación económica del país o la provincia, en general aumenta de manera paulatina en la medida que lo hacen las poblaciones. A lo largo de muchas décadas, municpios y comunas crecieron y se expandieron, sin control y/o regulación, por desidia o deliberadamente, avanzando sobre regiones que no son siempre aptas para urbanizarse. Además, esta misma falta de planificación, destruyó o puse en grave riesgo recursos estratégicos para las ciudades como el bosque, el agua, tierras aptas para los cultivos (donde desaparecen actividades como la producción fruti-hortícola u otras producciones).

Este fenómeno se refleja en el artículo Agricultura urbana y periurbana, patrimonio agrario para la sustentabilidad de las ciudades, de la arquitecta Beatriz Giobellina. En el mismo se hace un análisis sobre la agricultura urbana y la interfase rural-urbana del área metropolitana de la ciudad de Córdoba. Así, se desarrolla lo que sucedió con el histórico cinturón verde fruti-hortícola y un área hacia el oeste con altos valores ecosistémicos, próximo a las Sierras Chicas.

En la siguiente imagen satelital (de Mari y otros, 2015) se pueden observar como se expandió la ciudad de Córdoba y el denominado Gran Córdoba, en cuatro décadas. Se compara imagenes de urbanización del año 1976, en negro, superpuesta con datos del año 2014, en rojo.

 Mari et al, 2015

El artículo discute y cuncluye respecto a este fenómeno: "En Córdoba estas transformaciones de paisajes de borde acarrean efectos que incluyen la reducción y pérdida de áreas fruti-hortícolas, como el caso del cinturón verde norte, este y sur, que muestra una reducción equivalente. En una foto satelital del 2014 se puede calcular la superficie de Córdoba como de 14.400 hectáreas construidas, con un incremento de 6.697 hectáreas de cambio de uso de suelo a urbano desde 1976 (Mari et al, 2015). En los últimos 20 años se ha reducido el 60% de las áreas cultivadas, y siguiendo con la lógica imperante, este proceso continuará hasta que estos territorios se acaben, o sea, desaparezca el Cinturón Verde de Córdoba."

Debido a este fenómeno de crecimiento urbano de la ciudad de Córdoba y el Gran Córdoba, se esta produciendo, por un lado, la pérdida de la capacidad local de producir alimentos y, por otro lado,  el desequilibrio de los ecosistemas serranos situados al oeste, donde se forman las cuencas de las cuales depende la poblaciones locales, así como de la continuidad de los servicios ecosistémicos que brindan estos.

Los departamentos Calamuchita y Colón, tienen las poblaciones que más crecieron entre los censos nacionales del año 2001 y el 2010. Se proyecta que en los próximos años seguiran siendo los que más crezcan porcentualmente. Por ello, la planificación urbana y la preservación del bosque nativo tienen que ser prioritarios para adaptarse a la creciente demanda que tienen, y tendrán, sus localidades.

Agua que corre

Inundaciones del 15 de febrero de 2015 en Río Ceballos

La provincia de Córdoba sufrió en las últimas décadas numerosas inundaciones con serias consecuencias en distintas localidades, producto de la mala planificación urbana y de la pérdida de cobertura de bosques nativos. Una de las más recientes y desbastadoras, ocurrió en las cuencas de Río Ceballos y Saldán (Sierras Chicas), el 15 de febrero de 2015, cuando llovió entre 270 y 300 milímetros en pocas horas. Ese día se produjo una inundación sin precedentes, con aludes de piedra y barro, sobre áreas urbanas inadecuadamente construidas en las Sierras Chicas. Murieron 8 personas, y las pérdidas materiales son incalculables.

Según los especialistas que analizaron la inundaciones del 15 de febrero, se conjugaron varias factores para que esta sucediera. Uno es que las urbanizaciones, tanto las antiguas como las actuales, están ubicadas en las zonas de alto riesgo de inundación. Otro es que, en estas regiones se produjo el desmonte de bosque nativo, que funciona como retardante del escrurrimiento del agua (como una "esponja"), evitando inundaciones. El reemplazo de este por urbanización, convierte a las sierras en "toboganes de cemento" para el agua. En este sentido, otros factores a tener en cuenta es la altura y pendiente pronunciada de los terrenos que poseen estás urbanizaciones, que provocan el aceleramiento del agua. Según los especialistas, para impedir que esto vuelva ocurrir es indispensable impedir las urbanizaciones en las zonas de alto y muy alto riesgo de inundación, así como recuperar el bosque nativo original cercanos y dentro de estas localidades.

Otra mirada sobre este acontecimiento la aporta el geólogo de la UNC Osvaldo Barbeito, en una nota publicada en el portal UNCiencia, que afirma que lo que cambió en las últimas década no fueron las copiosas lluvias, sino la forma en que se ocupó la tierra. “No es que el río esté inundando las ciudades, las ciudades están inundando a los ríos”. A su criterio, para evitar inundaciones repentinas es necesario abordar un reordenamiento urbano que preste mucha atención a los factores geológicos y geomorfológicos.

A continuación detallamos algunas de las localidades analizadas por MonTeS que sufrieron grandes inundaciones en las últimas décadas y se asocian a estos factores.

San Carlos Minas en 1992.

Salsacate en 1997.

Unquillo y Villa Allende en 2015.