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Monitoreo temporal satelital de los bosques de Córdoba
Apicultores del norte cordobes - Fotografía: Melisa Geisa

Apicultores de monte

Por Biol. Melisa Geisa

En el noroeste de Córdoba, la cultural apícola acumula conocimientos y prácticas desde principios del siglo XX.  En esta región se realiza “Apicultura de monte nativo” definida como aquella que se practica en ambientes con bosques nativos en distintos estados de conservación, contenidos por cuencas hídricas libres de contaminación industrial y de organismos genéticamente modificados. Donde los ecosistemas brindan a las abejas ofertas florales como néctar, polen, resinas y gomas que son aprovechados para producir mieles con un alto valor nutricional, monoflorales o multiflorales, únicas por sus características en sabor, color, aroma y consistencia.

Tal es la presencia de las plantas nativas en las mieles, que a partir de estudios desarrollados por la Universidad Nacional de Córdoba, recientemente se han identificado marcadores polínicos debido a su frecuencia de aparición en la totalidad de las mieles cosechadas. Condición que destaca a las mieles del noroeste cordobés como singulares en el país y en el mundo.

En las últimas décadas, Córdoba perdió la región apícola tradicional del Espinal y la Pampa, contrapuesto a la Región Chaqueña que constituye la zona productiva por excelencia de mieles y otros productos de la colmena. Sin embargo, las políticas productivas a favor de la agroindustria, el cambio de uso del suelo, y los desmontes mecánicos y químicos, son amenazas crecientes que deben enfrentarse día a día de forma colectiva y organizada para defender la materia prima de la apicultura.

Reconociendo tanto su problemáticas como los potenciales de los bosques para desarrollar la producción, en los últimos años, los apicultores se organizaron en cooperativas, asociaciones civiles y conformaron la Mesa apícola del Noroeste de Córdoba. Un espacio donde interactúan con instituciones gubernamentales, profesionales académicos y coordinan acciones conjuntas. Entre ellas, las más nobles y acuciantes, son las que se relacionan a la defensa del monte nativo como fuente de producción. Con intenciones claras de involucrarse en las políticas territoriales de Córdoba, solicitando su participación en la actualización de Ley Provincial de Bosques, presentándose en cada acción ciudadana colectiva relacionada con el rechazo a los desmontes, la denuncia de los desmontes realizados de forma ilegal, y la demanda inevitable del respeto a la dignidad laboral  y el arraigo cultural que significa hacer apicultura en el noroeste de Córdoba.

Existe basta cantidad de estudios que demuestran que en ecosistemas frágiles como son los bosques nativos del chaco árido de Córdoba, los sistemas diversificados ofrecen las mejores posibilidades de producir de forma sustentable. Quizá sea la apicultura una de las actividades que más se complementa con la agricultura, fuente de alimento de nuestra especie humana.

La apicultura además de aportar ingresos netos a las familias, es fuente de alimentos, medicinas y brinda beneficios concretos para los productores campesinos, como la polinización de cultivos y de frutos nativos útiles para el forraje de animales domésticos, y el aumento de la producción de alimentos en general. Razones suficientes para continuar, innovar y fortalecer este oficio y crecer en un fuerte compromiso por los derechos de un “buen vivir”.

Los datos provistos por MonTeS muestran que en los departamentos y localidades donde esta actividad es importante, existen grandes coberturas arbóreas, siendo una de las principales amenazadas de su pérdida el avance de las fronteras agropecuarias y los incendios.